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El viaje de una madre e hijo al arte de Thangka

Thangka ha susurrado durante mucho tiempo historias de dioses y sabiduría a través de sus vibrantes pigmentos y hoja de oro. Durante siglos, era más que arte: era un lenguaje espiritual en Xizang. Una madre con su familia viajó miles de kilómetros desde el noreste de China hasta Xizang para aprender esta forma de arte. Esperan llevar a Thangka aún más: mostrar su belleza a más ojos, enseñar su oficio a los corazones dispuestos, a dejar que este antiguo arte respire nuevamente.