



En Turpan, Xinjiang, una abundante cosecha de chile ha transformado el desierto de Gobi en un deslumbrante Mar Carmesí. Camiones cargas de chiles rojos recién recogidos brillaron a la luz del sol, emanando un aroma picante distintivo. Aprovechando las largas horas del sol de Turpan y las precipitaciones mínimas, la ciudad ha desarrollado expansivos campos de secado natural que atraen a los comerciantes de toda China. Esta industria chile en auge no solo crea empleos, sino que también agrega tonos ardientes a la revitalización rural de Turpan, convirtiendo la tierra en un espectacular océano de rojo.