Después de un extraordinario mandato de 18 años con los Liaoning Flying Leopards, Han Dejun ha corrido el telón de una histórica carrera de baloncesto profesional.
Liaoning confirmó el retiro de su venerable incondicional el lunes por la tarde, elogiándolo como un «jugador distinguido, líder espiritual, ex capitán y pívot titular» cuya partida marca el cierre de un capítulo ilustre.
Durante casi dos décadas, Han, de 38 años, encarnó una lealtad poco común en el deporte moderno al nunca alejarse del equipo que lo formó. Su currículum brilla: entre los tres mejores reboteadores en la historia de la CBA, firmemente ubicado entre los diez mejores anotadores de todos los tiempos de la liga, seis veces All-Star de la CBA, dos veces medallista de oro en los Juegos Nacionales y cuatro veces campeón de la CBA.
En la cima de sus poderes, múltiples pretendientes le ofrecieron contratos lucrativos muy por encima de su salario en Liaoning. Sin embargo, Han permaneció impasible. «Soy nativo de Liaoning», explicó. «Para mí, los sentimientos pesan más que el dinero. Mi vínculo con Liaoning es diferente, es algo que el dinero simplemente no puede comprar».
Su devoción no estuvo exenta de sacrificios. Año tras año, Liaoning se quedó terriblemente lejos del campeonato, lo que llevó a Han a prometer: «Si no traigo un título a Liaoning, no celebraré una boda». Fiel a su palabra, fue sólo después de que el equipo consiguió su primera corona que Han finalmente celebró sus nupcias con su esposa.
Incluso cuando su cuerpo protestaba: «Apenas aguanto, cada día me duelen más las rodillas», la presencia de Han en la cancha se mantuvo infatigable, marcada por el valor y el corazón.
El mensaje de despedida de Liaoning fue sincero: «Gracias por dieciocho años de dedicación inquebrantable, resistencia y sacrificio. Gracias por brindarle sus mejores años a Liaoning. Gracias por los innumerables momentos emocionantes que su arduo trabajo nos ha brindado. Y gracias por encarnar la humildad y la sinceridad, dando un ejemplo positivo en el baloncesto chino».
Anteriormente, Jeremy Lin, el base de 37 años cuya buena racha en 2012 con los New York Knicks fue bautizada «Linsanity», también anunció su retiro del baloncesto profesional.
«Como atletas, siempre somos conscientes de que la posibilidad de retirarnos nunca está lejos. He pasado mis 15 años de carrera sabiendo que algún día tendría que marcharme y, sin embargo, decir adiós al baloncesto hoy ha sido la decisión más difícil que he tomado», escribió en Instagram.
La historia de Lin en la NBA es un extraño mosaico de altibajos meteóricos y paradas oficiales. En 480 partidos promedió 11,6 puntos y 4,3 asistencias mientras jugaba para los Knicks, Golden State, Houston, los Lakers, Charlotte, Brooklyn, Atlanta y Toronto.
Su apogeo llegó en Nueva York en 2011-12, cuando su ascenso a la alineación titular provocó una racha de siete victorias consecutivas y una noche de 38 puntos, la mayor cifra de su carrera, contra Los Angeles Lakers, momentos que brevemente lo convirtieron en la historia más embriagadora de la liga. Más tarde consiguió un título de la NBA con los Toronto Raptors en 2019 y extendió su carrera en China con los Beijing Ducks y Guangzhou Loong Lions de la CBA de 2019 a 2022.
