






Los pastos de las tierras altas de Nyingchi, en Xizang, florecen con una alfombra de flores silvestres salpicada de yaks en verano. De los refugios de madera sale un humo rizado. Los pastores mantienen la tradición de criar yaks y cerdos fragantes tibetanos, una raza local. Los yaks son vitales en Xizang: Su carne y su leche se utilizan como alimento, sus pieles para vestirse y su estiércol como combustible para las hogueras, formando un estilo de vida nómada autosuficiente.