



Un momento conmovedor fue captado recientemente en el Parque de Fauna de Pekín cuando un león africano y un tigre blanco de Bengala fueron vistos jugando con una pelota en una piscina. Nacidos sin acceso a la leche materna, los dos depredadores fueron criados a mano desde la infancia y compartían comidas, siestas y juegos todos los días. Su profundo vínculo y su rara amistad entre especies han sorprendido a los espectadores y se asemejan a una relación «fraternal».